Comodoro enfrenta un fenómeno inédito en más de tres décadas: un marcado excedente de inmuebles vacíos en el mercado de alquileres, que comienza a alterar la dinámica tradicional del sector.
Según Esteban Zavaley, delegado de COCICHC, la ciudad cuenta con entre 150 y 200 propiedades desocupadas: «Antes, un inmueble estaba vacío menos de un mes, hoy ya hay inmuebles que tienen dos meses vacíos», señaló. Además reconoció que Comodoro «ya tiene un sobrestock de alquileres».
Esta situación se ve condicionada por varios factores. En primer lugar, la caída de la actividad petrolera ha motivado traslados laborales masivos hacia la provincia de Neuquén, donde muchas empresas reubican a sus empleados, quienes dejan sus inmuebles en Comodoro.
Además, la reciente actualización de hasta un 13% en los precios de los alquileres, superando el incremento de los salarios, ha impulsado a numerosos inquilinos a buscar opciones más económicas o a cambiar de vivienda debido a la imposibilidad de afrontar los gastos.

La combinación de estos elementos ha obligado a los propietarios a ajustar sus expectativas, comenzando a reducir los valores de las rentas para evitar que las propiedades sigan desocupadas.
“Hoy quien quiere alquilar su inmueble tiene que ser lógico en el mercado, porque si el mercado no lo convalida, no se va a alquilar. Y entonces, los propietarios mismos empiezan a decir: bueno, baja a 50, baja a 100 según el caso para que se alquile”, explicó Zavaley a El Comodorense Radio.
Otro impacto destacado es la reducción del perfil de inquilinos ejecutivos, quienes antes alquilaban sin demasiadas objeciones y ahora han disminuido sustancialmente. Este cambio obliga a focalizar la oferta hacia el público y quienes permanezcan en Comodoro.
Finalmente, no solo el mercado de alquileres tradicionales está afectado, sino que también los alquileres temporarios sufren una caída, ya que la falta de visitantes desincentiva este tipo de contratos. En palabras de Zavaley: “hoy no es negocio ni momento de hacer un alquiler temporario producto de esto. No hay gente que venga”.
El delegado comparó la coyuntura actual con la crisis inmobiliaria del 92, sugiriendo que los efectos económicos de la reconfiguración productiva y laboral empiezan a impactar con fuerza en el mercado inmobiliario.
