Era no vidente y desde los 12 años se dedicó a la venta ambulante en la zona céntrica de la ciudad, oficio que mantuvo durante décadas. En más de una oportunidad, relató con sencillez que lo más importante para él siempre fue “llevar comida a la casa”, reflejando la fuerza y la dignidad con la que enfrentó cada día.
“Popino” deja en la memoria de los comodorenses la imagen de un trabajador incansable, que a pesar de las adversidades nunca dejó de luchar.

Q.E.P.D. Popino.
