Suena muy primitivo, muy rudimentario, esto de la sórdida disputa de intereses localistas en la provincia del Chubut. Tiene una lógica, desgraciadamente. Pero es indispensable que llegue una etapa superadora. ¿Será el nuevo gobernador, comodorense, que entre sus conciudadanos tuvo poco más de un tercio de adhesión y resultó masivamente apoyado por la rancia burocracia valletana, quien ponga una bisagra a la historia?
Una inquietante paradoja: las comarcas que tienen como materia prima el gasto público y se especializan en su administración, prefieren al representante de la principal zona abastecedora de los recursos que sostienen el aparato burocrático, para que encabece el nuevo ciclo.
SUBSISTENCIA
La burguesía valletana tiene su «destino manifiesto». Y lo cumple con envidiable eficiencia y persistente consecuencia. Es parte de la rancia tradición que supieron heredar de la gesta galesa. Una colonización que como la sudafricana, se distinguen marcadamente de todas las migraciones recibidas por nuestro país, por su meditada decisión su organización colectiva y su claro presupuesto de elegir un nuevo lugar definitivo y para siempre.
No se si sera esa la diferencia decisiva. Pero si es el marcado contraste con el poblamiento de sociedades mineras como la comodorense, por ejemplo. Atravesada por migrantes ocasionales, aventureros no siempre decididos a quedarse para siempre. Inquietos y progresistas pero escasamente arraigados con convicción. Saben que su subsistencia está atada a un recurso no renovable, por potente que en los tiempos presentes resulte.
DESTINO
El Destino manifiesto es una doctrina, es una frase y una idea que expresan la creencia de que los Estados Unidos de América están destinados a expandirse hacia los cuatro vientos. También usado para justificar las adquisiciones territoriales hechas por EU. Fue pensamiento y visión del entonces presidente James Knox Polk (1795-1849), que es quien impulsó la guerra contra México en 1846-48, conflicto bélico que anexó a Estados Unidos más de la mitad del territorio Mexicano.
Puede haber una versión más criolla del Destino Manifiesto, comodorense, más sana y menos violoenta e injusta que la norteamericana, para poner un poco de justicia en el territorio chubutense. Y que no tiene que pasar por guerras ni pretensiones de crec imiento territorial.
Las zonas burocráticas de la provincia, lo han concretado. Obtienen desde hace tiempo bastante más de lo que producen. Aún con la creación de institutos autárquicos con manadas de directores por mayoría y minorías, para que nadie quede -aún no elegidos popularmente- sin su cuota de poder y privilegios.
Resta que los comodorenses redacten su propio destino manifiesto. Uno que diga –con sentido bien peronista- que «todos deben producir, al menos, lo que consumen», y por carácter transitivo, que la redistribución de la riqueza tiene que ser exactamente proporcional a las zonas que la generan.
PRESUPUESTOS
Una declaración de principios que transforme en ley que las regalías petroleras se aplicarán en las zonas petroleras; así como no existen regalías turísticas, ni aluminíferas ni forestales que se distribuyan.
Una carta intención que instituya definitivamente que el banco provincial debe repartir su cartera de préstamos en cada sucursal en exacta equivalencia a su cartera de depósitos.
Un estatuto económico que establezca que los recursos en Educación, Justicia y Salud, se deben redistribuir per cápita, y no a ojo de buen cubero.
Una orgánica de la administración pública que ejecute una verdadera descentralización burocrática, y no mascaradas tipo «capital alternativa» o «secretaría de hidrocarburos».
MANIFIESTO
Comodoro debe alguna vez definir cuál cree que debe ser su destino. Y hacerlo manifiesto. Y que cada uno de sus habitantes -permanentes y ocasionales- lo «respire» en el deambular por la ciudad.
Tal como meritoriamente uno lo siente cuando se pierde en las despobladas pero imponentes rotondas que surcan como modernos y pavimentados laberintos los distintos y amplios accesos al valle inferior del río Chubut.
Por Daniel Alonso
