El especialista en temas energéticos Mauricio Roitman, advirtió que cualquier ajuste repercute en la economía doméstica, aunque en este caso «no sería de gran magnitud». «El uso racional comenzará cuando lleguen las primeras facturas con aumento», aseguró.
¿Qué impacto tendrá en el bolsillo la reducción de los subsidios en los servicios de agua y gas que anunció el Gobierno? Es la pregunta recurrente estas últimas horas en todos los ámbitos.
Para Mauricio Roitman, economista del estudio Montamat & Asociados, si bien un aumento en la economía familiar siempre tiene determinado impacto, en esto caso «si uno va a los números, no sería de gran magnitud».
El especialista en temas energéticos explicó que el servicio de gas en una vivienda promedio representa menos del 10 por ciento del presupuesto general y que a diferencia de los hogares, en la relación costo-beneficio, para el gobierno nacional la ayuda que destina a ese sector representa el 30 por ciento del total de los subsidios del Estado.
«Se estima que no tenga impacto en el monto total, pero si va a reducir el dinero que se destina», para subsidiar el servicio, dijo Roitman aunque reconoció que tanto el agua como el gas, y también la luz, son servicios que «están atrasados en términos de costos».
«Los subsidios tomaron tal dimensión que en algún momentos se podía solapar pero ahora el problema fiscal es tan grande y el impacto de los subsidios a la energía son de relativa importancia», manifestó el especialista en un reportaje con Tomás Bulat en radio El Mundo.
Respecto al uso responsable, Roitman consideró que el ahorro llegará una vez que los usuarios reciban las facturas con el aumento. «Quizás algunos cuando salgan a trabajar a la mañana y tengan el calefactor encendido, por ahí pongan la estufa en piloto, porque pensarán en la factura a fin de mes, pero lo que no va a cambiar es el consumo a nivel estructural porque tiene que ver con la temperatura, la construcción de las viviendas y la capacidad para mantenerse climatizadas», afirmó.
El especialista explicó que «el consumo de largo plazo está impactado por otras medidas y no por el precio»
En el caso del agua, Roitman advirtió que es peor. «El gobierno no cobra por el consumo, si no por el lugar donde uno vive; acá la tarifa que se paga por el agua no tiene que ver con el consumo».
Al ser consultado sobre la coyuntura, consideró que en poco tiempo «se vienen cambios en las tarifas de la luz». «Las tarifas no cubren los costos del servicio y el problema se profundizó con la devaluación», señaló.
«El 30% del gas es importado, el precio está en dólares y ahora para comprar el mismo gas del años pasado necesitamos más pesos y esos pesos tiene que salir de algún lado», reflexionó.
Para concluir, Roitman reflexionó sobre esto: «La devaluación atrasa las tarifas en dólares y el gobierno lo deberá cubrir cobrando más impuestos o subiendo nuevamente las tarifas».
