A pesar de que la inflación en Argentina desaceleró en el último año, llenar el changuito sigue siendo un desafío para muchas familias. El Indec informó que los precios subieron 1,9% en julio y 36,6% en los últimos 12 meses, mientras que el rubro “Alimentos y bebidas no alcohólicas” acompañó esta tendencia, con incrementos que impactan directamente en el bolsillo.
Un análisis de la consultora Analytica comparó provincia por provincia el costo de una canasta básica para una familia tipo de clase media (dos adultos y dos menores), utilizando productos de marca uniforme y empaques iguales para garantizar una comparación precisa. La Patagonia se mantiene como la región más cara del país, liderada por Santa Cruz con $769.319, seguida por Chubut, donde llenar la canasta demandó $759.467, y Tierra del Fuego con $751.937. Río Negro completa el ranking patagónico, con un total de $742.188.
En el otro extremo, las provincias del Noreste argentino ofrecen los precios más accesibles: Formosa ($693.746), Chaco ($693.219) y Misiones ($691.579). La diferencia entre Santa Cruz y Misiones supera los $75.000, evidenciando una notable brecha en el acceso a los mismos productos según la región.
En cuanto a la variación mensual, Jujuy registró el mayor incremento con 3,9%, mientras que Catamarca y Corrientes subieron 2,5%. En términos absolutos, Catamarca lideró con $34.000 adicionales en un mes, seguida por Corrientes ($29.927), Jujuy ($28.213) y La Rioja ($23.139). La Patagonia presentó incrementos más moderados: Tierra del Fuego (+$8.631) y Santa Cruz (+$4.997). Misiones mostró un aumento más contenido, de apenas 1%, similar al de Santa Cruz (+0,7%).
Los productos que más subieron incluyen el pan lactal, con aumentos superiores al 5% en la mayoría de las provincias, y el azúcar, que registró subas entre 3% y 5%. El café instantáneo y las supremas de pollo tuvieron incrementos más moderados, especialmente en la Patagonia, donde los ajustes fueron mínimos.
El relevamiento confirma que Chubut no solo es la segunda provincia más cara para abastecerse, sino que también refleja cómo las condiciones logísticas y del mercado en la región sur del país continúan encareciendo la canasta familiar, impactando directamente en el presupuesto de los hogares.
