Mañana miércoles se iniciará la instancia oral, cerrada al público por el abuso y posterior crimen de la menor de 11 años ocurrido en la extensión del barrio 30 de octubre el año pasado por el cual está imputado Miguel Ángel Pallalaf como autor material.
“Como en toda investigación, la inspección ocular y el trabajo que lleva adelante la Policía Científica en el lugar del hecho es de total importancia porque en muchos de estos hechos la prueba científica es la de mayor valor. En este caso puntual a pesar que era un lugar abierto, descampado y de difícil preservación, el hecho de tener unos 140 efectivos abocados a la búsqueda de Yasmín ese día, estar en las inmediaciones, nos permitió efectuar un cordón perimetral en un lugar amplio pero efectivo, y que después la gente de Criminalística pudiera trabajar con total tranquilidad y recolectar la prueba que después conduciría a la identificación del autor del hecho”, describió el comisario Leonardo Bustos, de la Brigada de Investigaciones de la Policía del Chubut y Jefe de la División Drogas Peligrosas de esa fuerza.
Comentó asimismo que la prueba de ADN, se recolectó con el material obtenido del cuerpo de Yasmín, y después en la comparación del Banco de Datos lleva a la identificación de la persona que estará sentada en el banco de los acusados, a Miguel Pallalaf.
De los elementos encontrados en la escena, Bustos manifestó que el resto de la investigación en su conjunto permitió la identificación del autor, recordando que desde un primer momento se obtuvieron algunas filmaciones de las cámaras de La Anónima y otros comercios cercanos que permitían ver también el trayecto que hizo Yasmín desde el Supermercado hasta el lugar donde fue ultimada.
Bustos dijo a El Comodorense Radio por FM La Petrolera 89.3 MHz que “la prueba se debe analizar en su conjunto, porque muchas veces el hecho de tener una parte de la información puede llevar a confusión. Los videos siempre permitieron ver una sola persona, son seis cámaras”.
El recorrido de Pallalaf antes de su detención
Cuando se encontró el cuerpo, se supo que andaba como un curioso más observando el lugar donde se produjo el hallazgo. El jefe policial indicó que esa información, con algunos testimonios que se fueron obteniendo, señala que hay datos de que Pallalaf habría estado en el lugar del hecho cuando se hacía la inspección ocular, que posiblemente haya concurrido.
Su periplo fue amplio luego del hecho: salió de Comodoro dos días después del crimen, estuvo en Sarmiento, Esquel, Río Negro, Buenos Aires (Villa 31) y retornó a Puerto Madryn. “Esa conducta, fue un hecho que llamó la atención, porque es raro que haya regresado a una provincia donde ya era conocido y era intensamente buscado. Había sido encontrado culpable incluso en dos hechos de abuso sexual en Trelew y uno con mucha similitud a este hecho que se investiga ahora”, analizó.
Se conoció que estuvo viviendo posiblemente como changarín en la Ciudad Judicial y terminó en un lugar donde las personas buscan refugio (un comedor comunitario) y lo mismo en Buenos Aires fue a pedir alojamiento en un lugar de similares características.
“Ha habido casos muy importantes en la ciudad, muchos crímenes. Este fue muy conmocionante por el tipo de hecho y la edad de la víctima. De todo se obtiene experiencia, permite después sumar para la investigación de otros hechos y lo más importante de este caso puntual es el valor de una buena preservación del lugar del hecho y el trabajo en conjunto entre lo que es la policía conducida por el Ministerio Público Fiscal que han permitido obtener estos buenos resultados”, agregó el jefe policial.
Finalmente sobre si hubo inteligencia previa y un conocimiento del victimario sobre la víctima, dijo que “eso se va a tratar de establecer ahora en los días que se va a desarrollar este juicio”.
