Familiares de las víctimas llegan hoy a Los Menucos donde la investigación sigue, con teorías enfrentadas.
En medio del campo. Abrazados en silencio donde nunca quisieron estar. Invadidos por preguntas sin respuestas. Con fotos, cartas y una consigna que repiten desde hace un año: «prohibido olvidar».
Así transcurrirá el día de hoy para la mayoría de los familiares de los 19 pasajeros y tres tripulantes del vuelo 5428 de la aerolínea Sol, que en la noche del 18 de mayo de 2011 se estrelló contra la meseta rionegrina, sin que quedaran sobrevivientes.
El sitio donde cayó el avión Saab 340 biturbo será escenario esta tarde de una ceremonia religiosa y de homenaje, que se realizará bajo el mismo manto de incertidumbre que agobia a padres, madres, hermanos, esposas, maridos e hijos desde hace 365 días.
Todos quieren saber exactamente por qué se precipitó a tierra el avión, pero un año después no consiguen disipar las dudas y contradicciones que surgen de la investigación. Dentro de ese contexto, algunos están mucho peor que otros, porque ni siquiera lograron llegar a los restos de sus seres queridos.
¿Fue inadecuada la planificación del vuelo? ¿Fue inadecuada la decisión operacional del piloto? ¿Hubo pérdida de la conciencia situacional de la tripulación de cabina de vuelo? ¿Hubo complacencia de la tripulación ante la situación de engelamiento? ¿O directamente ese avión nunca tendría que haber despegado de Neuquén bajo condiciones climáticas que hacían vulnerable a una nave de esas características?
Las cuatro primeras preguntas provienen de la teoría inicial sobre la que se basó el juez federal de Bariloche, Leónidas Moldes, para dictar la falta de mérito de los directivos de la compañía Sol, Danilo Pojmaevich, Horacio Angeli y Juan Alberto Nyffenegger.
La última duda aparece luego de los informes presentados por Gonzalo Maldonado, un perito de la parte querellante, quien enfocó su mirada sobre la instrucción ofrecida a los pilotos y las posibles fallas en motores, hélices y alarmas del avión que comandaban.
Ante esta importante brecha en las interpretaciones se debe resaltar que la decisión tomada sobre los directivos no significa que la causa esté cerrada o cerca de su epílogo. Los propios querellantes ya apelaron el fallo del magistrado ante la Cámara Federal de Roca y al mismo tiempo en el Juzgado Federal de Bariloche esperan el arribo de las pericias finales a cargo de la Junta de Investigaciones de Accidentes de la Aviación Civil (Jiaac).
Un año después de la tragedia, la causa N° 8450/11 «Actuaciones instruidas s/ av. accidente aéreo aeronave matrícula LV-CEJ» ya tiene 18 cuerpos. Funcionarios judiciales barilochenses indicaron a este diario que a pesar de su complejidad la causa avanzó «de acuerdo a los términos procesales» y algunos más optimistas sostuvieron que avanzó «bien y rápido».
En el Juzgado Federal barilochense se informó que los accidentes aéreos son analizados por lo que dispone un protocolo internacional, al cual Argentina ha adherido. Esto implica que el peritaje oficial está a cargo de la Jiaac y en el informe final también se tendrá en cuenta lo que determinaron los peritos suecos, designados por la empresa fabricante del avión, quienes estuvieron en el lugar del accidente desde el 22 de mayo pasado.
El Saab 340 se fabricó en Suecia, su motor se ensambló en Estados Unidos y las hélices son inglesas. Por ello sus técnicos también analizaron el accidente y opinarán sobe los elementos de su competencia.
El juez Moldes y el fiscal general Jorge Bagur Creta visitaron en octubre del 2011 la fábrica de aviación en Suecia. La aeronave tenía dos cajas negras. La principal registró el diálogo entre el piloto, Juan Raffo y su segundo, Adriano Bollatti y la caja negra técnica guardó datos que tienen relación con el funcionamiento del motor y otros equipos. Con esa información la empresa sueca permitió reconstruir una simulación de lo que pasó en la aeronave antes de que se estrellara.
Para resolver la situación procesal de los directivos de Sol el juez Moldes analizó los informes presentados por cinco peritos.
La mayoría de esos especialistas, salvo el representante de la querella, llegaron a conclusiones similares a las expresadas en el informe preliminar de la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil. Una síntesis expuesta en la resolución judicial afirma que «la toma de decisiones en el momento adecuado y la identificación de las señales de peligro por parte de la tripulación de vuelo y otro tipo de acciones para mantener el control de la aeronave aún volando en condiciones de engelamiento podrían haber colaborado para evitar el accidente».
Fuente: Diario Río Negro
