El conjunto del Altiplano aguantó la embestida de su rival y ganó después de 17 partidos por Copa América. Sacó la ventaja en el primer tiempo, cuando marcó por Raldes, Emedberg y Moreno Martins. Ecuador arrimó por Valencia y Bolaños. Partidazo por lo emotivo.
Pasaron 17 partidos, con ocho empates y nueve derrotas. Y un día Bolivia volvió a ganar por Copa América. En un partidazo, más por lo emotivo que por lo bien jugado, pero a los cinco goles hay que agregarle un penal atajado y un tiro en el palo. Fueron muy pocos a ver el partido en Valparaíso. ¡Qué lujo que se dieron!
Lo del primer tiempo se resume en la efectividad de Bolivia y a la ingenuidad de Ecuador. El 1 a 0 lo facturó Raldes: se tuvo que agachar para cabecear tras un corner. ¿¡Y los defensores dónde estaban!? El 2 a 0 también fue un regalito: Ayoví, emblema de la selección ecuatoriana, durmió absurdamente en la salida y la pelota fue al sueco Emedberg, que remató de afuera del área. El 3 a 0 fue de penal: Erazo le pegó una patada tan absurda como evidente al argentino Lizio y Moreno Martins convirtió.
Encima, para cerrar el patético primer tiempo ecuatoriano, los de Gustavo Quinteros desperdiciaron un penal regalado por el árbitro salvadoreño Aguilar. Valencia primero lo metió pero hubo invasión. Y en el segundo intento la desvió Quinteros, una de los puntos altos de Bolivia.
Ecuador no podía volver a jugar tan mal en el segundo tiempo. Bien Quinteros en arriesgar con Cazares, el pibe de Banfield le dio movilidad y ordenó a un mediocampo que había sido muy confuso. El primer descuento fue de Valencia al capitalizar una buena asistencia de Montero y el segundo un golazo de Bolaños. Entonces, el cierre fue de altísima tensión, con Bolivia totalmente dispuesto en su campo a aguantar y nada más que aguantar y con los ecuatorianos yendo y yendo: Noboa reventó el travesaño.
La derrota deja a Ecuador muy expuesto a la eliminación y un golpe duro para el técnico argentino Gustavo Quinteros: no se puede jugar tan mal como lo hizo su equipo en el primer tiempo. De lado de Bolivia, que desde 2009 no metía tres goles en un tiempo (a la Selección de Maradona por las Eliminatorias del 2010, 6 a 1), resultó un espaldarazo enorme para su autoestima, con la posibilidad real de clasificarse para los octavos de final.
