El ‘Celeste’ cerró un gran año y festejó con sus hinchas otra campaña histórica de la mano de Zielinski. Con el triunfo, el tercero consecutivo, alcanzó los 29 puntos y quedó sexto en la tabla de los promedios.
La palabra proyecto suele escucharse en los pasillos de todos los clubes. Retumba cada dos por tres: cuando hay cambio de autoridades, cuando asume un nuevo técnico, cuando se apuesta por los pibes. En todo momento, en definitiva. Sin embargo son pocos los que dignifican el significado real de la palabra. Belgrano es uno de ellos.
Más allá del hito que había significado vencer a River en aquella histórica promoción del 2011, eran pocos los que confiaban en que el Pirata pudiera mantenerse en Primera. Pero en Córdoba siguieron apostando a su proyecto. No hubo grandes contrataciones, nombres despampanantes ni refuerzos sin sentido. Se trajo lo que se podía traer. Se rodeó a los que ya estaban. Y se armó un equipo que hoy, dos años y medio después del ascenso, se encuentra sexto en la tabla de promedios, detrás de Boca, Vélez, Lanús, Newell’s y Arsenal. Todo bajo la tutela de un mismo técnico: Ricardo Zielinski. Un proyecto hecho y derecho.
Olave, Lollo, Farré y el Picante Pereyra son la columna vertebral de ese equipo que a fuerza de puntos se metió en la historia de Belgrano. Una historia que sigue ampliándose de la mano de los que vuelven, como Teté González, y de los que llegan, como Carlos Bueno. Una historia que sumó un nuevo capítulo este viernes, porque con el triunfo ante a All Boys en el Mario Alberto Kempes, Belgrano alcanzó los 29 puntos y cerró otro campeonato brillante.
Como lo había hecho el fin de semana pasado contra Arsenal, la dupla Pereyra-Bueno volvió a marcar diferencia. No tuvo la contundencia de aquel partido, pero sí las posibilidades: además del golazo de volea, Charly Good tuvo otras dos situaciones claritas para marcar, lo mismo el Picante. Cuando se juntaron hicieron lo que quisieron con los cuatro que puso Ricardo Rodríguez en el fondo de All Boys, que cayó por primera vez desde que RRDT se sentó en el banco. Y mereció hacerlo: fue una sombra del equipo que reveló ganándole a Boca en la Bombonera y venciendo a Newell’s en Floresta.
El resultado pudo haber sido más abultado. Que no lo haya sido se debió a la falta de puntería de los atacantes de Belgrano. Igual, el 1-0 fue suficiente para que los tres puntos quedaran en Córdoba. Y también para que el colchón sea cada vez más esponjoso.
