Dos jóvenes que salían de comprar en un almacén del barrio Pietrobelli fueron interceptados por un sujeto cuando caminaban por Misiones, casi Alvear, en el acceso al Camino del Centenario. Sin mediar palabras, les aplicó un tiro a cada uno y se escapó corriendo hacia la parte alta del cerro. Los vecinos están atemorizados y dicen que tienen a sus niños encerrados en las casas porque ya no se puede salir ni a la vereda durante las horas del día. También indicaron que las 4 de la mañana hubo una balacera en la parte más alta del barrio.
“Son dos chicos tranquilos que no molestan a nadie y muy respetuosos”, dijo una vecina de la cuadra al referirse a los heridos de bala que quedaron tendidos en la vereda de calle Misiones, a unos 15 metros de la esquina con Alvear.
Uno de ellos fue identificado como Roberto Santana, mientras que el otro, a raíz del dolor provocado por la herida, no podía pronunciar su nombre.
El hecho ocurrió a las 13:30, cuando por el lugar pasaban varios vehículos que entraban y salían del Camino del Centenario, y otras tantas personas caminaban por el lugar hacia sus respectivos domicilios.
“Recién habían pasado los chicos, me saludaron preguntándome cómo andaba y se fueron a la despensa a comprar. Cuando volvían pasó un flaquito y les metió un tiro a cada uno. No sé si les habrá querido robar o los confundió, porque estos pibes no se meten con nadie. Ya no entendemos nada pero algo tendrá que hacer el intendente y la policía porque acá no se puede vivir. Estamos las 24 horas con el corazón en la boca. No sabés en qué momento te van a meter un tiro. Te da miedo salir a la vereda y si uno va a comprar, tiene que haber alguien mirándolo hasta que vuelva a la casa”, dijo otro vecino notablemente indignado por el estado de violencia y la impunidad con la que se manejan los delincuentes en esa zona alta de Comodoro Rivadavia.
En el hecho tomó intervención el personal de la Seccional Segunda, cuyos efectivos delimitaron la zona y solicitaron la presencia de dos ambulancias para trasladar a los heridos hasta la guardia del Hospital Regional.
A todo esto, otra vecina que tenía que irse a trabajar y decidió no hacerlo por el estado de nervios en el que se encontraba, dijo que no pudo dormir en toda la noche porque a las 4 de la mañana comenzaron los tiros. “Parecía que estábamos en una guerra. ¿Cómo puede ser que todos anden con armas y nadie haga nada? Van a matarnos una criatura en cualquier momento porque están sacados y no miden las consecuencias”.
En diálogo con Diario Patagónico otro joven vecinos del barrio pidió que “salga el intendente Néstor Di Pierro con la Policía a los barrios y que los jueces, cuando detienen a estos delincuentes, los dejen presos porque se creen que pueden hacer lo que quieran con la vida de los demás. No somos dueño de nada acá. Perdimos el placer de disfrutar nuestras casas, los hijos, la familia. Perdimos la tranquilidad, hagan algo de una vez por toda”.
Fuente: El Patagónico
