Avanzan en las pericias sobre armas en el caso del joven baleado por la policía

Peritaron las escopetas y cartuchos secuestrados en la causa. Se trata de escopetas secuestradas por Asuntos Internos en comisarías, al igual que dos cartuchos y perdigones encontrados en el lugar del ataque. También estaría individualizado…

jueves 12/01/2012 - 8:30
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Peritaron las escopetas y cartuchos secuestrados en la causa. Se trata de escopetas secuestradas por Asuntos Internos en comisarías, al igual que dos cartuchos y perdigones encontrados en el lugar del ataque. También estaría individualizado un vehículo policial que será sometido a pericias.

Pablo Ovando, el joven de 22 años que la noche del sábado resultó herido en la cabeza por un disparo efectuado desde un patrullero que se dio a la fuga, permanece internado con coma farmacológico en Terapia Intensiva del Hospital Regional y su salud se vio resentida ayer por un cuadro de neumonía informaron sus familiares a Diario Patagónico. Mientras, en torno a la causa los investigadores de Asuntos Internos de la Policía del Chubut ayer peritaron las escopetas secuestradas.

En el marco de la investigación que encabezan la jefa de fiscales de Comodoro Rivadavia, Adriana Ibáñez, la Brigada de Investigaciones y la división de Asuntos Internos, ayer se realizaron pericias balísticas con las escopetas de posta de goma secuestradas en comisarías.

El objeto de análisis era cotejar si el sistema de percusión de alguna de esas escopetas coincide con las muecas que quedaron marcadas en los dos cartuchos de goma secuestrados en el lugar del ataque, en el barrio Ceferino Namuncurá. Además de esos cartuchos la policía ya tiene en sus manos los perdigones (bolitas de goma) que producto del disparo quedaron diseminadas en el interior del Volkswagen Gol de Ovando.

Aunque al cierre de esta edición no habían trascendido los resultados de las pericias, algunas fuentes de la investigación dejaron entrever a Diario Patagónico que los policías autores del ataque a Ovando, tuvieron tiempo para quizás cambiar la aguja percutora del arma o limarla, con la finalidad de que no coincida con las muecas marcadas en los cartuchos. Al menos esa era una de las posibilidades que ayer no se descartaban en el seno de la pesquisa.

Otra de las versiones que se conoció ayer es que se habrían detectado algunas irregularidades en los libros de actas de una comisaría que estaría sospechada en el caso, ya que pese a que el ataque ocurrió en jurisdicción de la Seccional Cuarta, se desconoce a qué dependencia pertenece el patrullero implicado.

Sin embargo, fuentes de la investigación comentaron que las cámaras de seguridad del Centro de Monitoreo habrían registrado al móvil involucrado y un vehículo de esas características estaría por ser periciado.

Balazo policial

Según el relato de sus familiares, Pablo Ovando junto a un hermano y un amigo habían salido a dar una vuelta en un viejo VW Gol la noche del sábado, cuando un Chevrolet Corsa de la policía comenzó a perseguirlos en la calle Islas leones. Los siguió alrededor de 13 cuadras por Rivadavia, Martín Fierro, Kennedy, Quichuas y Huacalera.

Según sus familiares, el miedo de Pablo, quien iba al volante, era que le secuestraran su auto y más se atemorizaron los tres ocupantes del vehículo cuando escucharon disparos en medio de la persecución, narró su hermano. Siempre de acuerdo al mismo relato, el VW Gol en un momento disminuyó la velocidad y el patrullero se le puso a la par. En ese momento, desde una distancia de unos cincuenta centímetros Ovando habría recibido el disparo de una posta de goma. El móvil policial luego se dio a la fuga mientras Ovando, gravemente herido, logró salir por la ventana del conductor y escapar corriendo.

Una vecina observó cómo corrió herido hasta caer al suelo mientras otros dos jóvenes lo seguían. Eran su hermano y su amigo, quienes esperaron más de 15 minutos una ambulancia que no llegó. Entonces cuando arribó una camioneta policial a tomar intervención lo cargaron en la misma y lo trasladaron al Hospital Regional donde ahora lucha por su vida.

Fuente: El Patagónico

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