La discusión de la reforma laboral continuará este jueves, a toda marcha, en Senado: desde las 9.30, el plenario de las comisiones de Trabajo y Previsión Social; y de Presupuesto y Hacienda de la Cámara alta recibirán al último listado de expositores para dejar el camino liberado a un eventual dictamen, si es que el oficialismo libertario consigue el apoyo de la oposición dialoguista. De hecho, un sector ya mastica y empuja un despacho y sueña con firmarlo esta misma tarde, aunque el plan original habla de negociar hasta mañana, con el fin de ir al recinto el 26 de diciembre.
El plenario fue llevado -sin estridencias ni shows patéticos- por la jefa libertaria en el Senado, Patricia Bullrich. Al inicio de la jornada, intentó calmar a su par del kirchnerismo, José Mayans, ante críticas del formoseño por la constitución de la comisión de Trabajo -cabecera-, cuya presidencia quedó en manos de la ex ministra de Seguridad. La porteña manejó casi sin transpirar los hilos de la compulsa. Hasta conversó de manera informal con la CGT, minutos antes que los representantes del triunvirato gremial denostaran la iniciativa de la Casa Rosada.
La lista inicial para esta mañana tenía primero a más referentes sindicales, aunque luego viró y ahora aparecen -al principio- la UBA, asociaciones de abogados, bancos y magistrados. La intención es consumar las disertaciones en un puñado de horas. Tiene un motivo: que los senadores puedan analizar y debatir entre ellos la ley. Acá empiezan a jugar la integración de ambas comisiones: Trabajo -cabecera- y la de Presupuesto y Hacienda, que preside el también libertario Ezequiel Atauche (Jujuy).
Ambas están integradas por 17 senadores: cinco del oficialismo, cinco del kirchnerismo -no envió sus nombres, no puede firmar despachos y busca judicializar, ante lo que considera un “atropello” del oficialismo y Victoria Villarruel para repartir las comisiones- y siete dialoguistas. En este último grupo hay de todo: aliados que le jugaron bien al Gobierno, aceitosos que especularon siempre hasta último minuto, y legisladores a la deriva en la actualidad, si de política y poder se tratara.Bullrich en un diálogo informal ayer junto al triunvirato de la CGT y senadores kirchneristas
Las condiciones son nada despreciables para una Casa Rosada dispuesta a ir contra todos. Los resultados de la primera mitad de la gestión están a la vista. Las elecciones trituraron las oleadas kirchneristas y a fantasmas que lloraban protagonismo. En las últimas semanas, Balcarce 50 disminuyó muchos cambios considerados “virulentos”, aunque la mecha corta siempre está a la vuelta de la esquina en este país. Es la última esperanza de los “pícaros” que envuelven, de manera cínica, el mal utilizado “consenso” para rapiñar algún negocio.
Para avanzar hoy o mañana con un dictamen, La Libertad Avanza necesita que, en cada comisión, haya un mínimo de nueve legisladores dispuestos a rubricar algún despacho, y no debe ser el mismo. La mitad más uno. Entonces, el Gobierno precisa cuatro más de los siete “dialoguistas”, en cada una, para que se unan a sus cinco.
En Trabajo, esos nombres apuntan hacia el jefe radical en la Cámara alta, Eduardo Vischi (Corrientes) y sus colegas de bancada Rodolfo Suarez (Mendoza) y Silvana Schneider (Corrientes); el titular del PRO, Martín Goerling Lara (Misiones); el peronista disidente Carlos Espínola (Corrientes-Provincias Unidas); la ex secretaria de Energía Flavia Royón (Primero los Salteños); y la misionera renovadora Sonia Elizabeth Rojas Decut, que se hizo conocida por declararse a favor de Ficha Limpia para luego ser la encargada de matar al proyecto en pleno recinto, con una voltereta de último segundo. La hizo junto a su compañero Carlos Arce, el ex vicegobernador que contrató una modelo y la desvinculó a los pocos días, tras las consultas de Infobae.
Para Presupuesto y Hacienda, el Gobierno debe ir a pescar a cinco desparramados entre los radicales Flavio Fama (Catamarca), Mariana Juri (Mendoza) y la chaqueña Silvana Schneider (Chaco); Andrea Cristina (PRO-Chubut); los peronistas disidentes Espínola (Corrientes) y Alejandra Vigo (Provincias Unidas-Córdoba), y la ex macrista y ahora “jaldista” Beatriz Ávila (Tucumán).
Como contó este medio jornadas atrás, conformarse con las firmas justas y necesarias ayudará a sortear el peldaño, pero no puede ser a los ponchazos: el oficialismo tiene 21 legisladores propios y precisa 16 más para el quorum. Entonces, flaco favor le haría terminar un plenario con lesionados u ofuscados. Las directivas se respetaron: la única interlocutora de la Casa Rosada es Bullrich, que se cargó todo al hombro y negocia las modificaciones que demandan los dialoguistas. Habría varias, en ese sentido. En paralelo a todo esto, otras dos comisiones seguirán hoy con el debate sobre cambios a la ley de glaciares.
