Roger Federer no se rinde: le ganó a Andy Murray en cuatro sets y pasó a la semi ante Rafa Nadal. El suizo lleva 11 consecutivas en Melbourne y tiene el récord de 34 en Grand Slam. Da señales de vida tras un 2013 para el olvido. El español, sufrió pero eliminó al búlgaro Dimitrov en cuatro sets.
Después de un 2013 negro, en el que cayó hasta el sexto puesto en el ránking y nunca le encontró la vuelta, Roger Federer arrancó el 2014 dando pelea. Con el sueco Stefan Edberg como entrenador, el suizo recuperó su juego y en un par de partidos cambió la imagen. Se vio en la victoria por 6-3, 6-4, 6-7 (6) y 6-3 sobre el británico Andy Murray en el choque de cuartos del Australian Open. Ahora se viene un partidazo ante Rafael Nadal por un lugar en la final.
Federer, vigente a los 32 años, lleva 11 semis consecutivas en Melbourne y tiene el récord de 34 en Grand Slam. Pero no se conforma con esas frías estadísticas: sueña con su quinto título en el torneo. En las tres horas de acción ante Murray, nunca perdió el ritmo y se mostró sólido. Aunque el británico levantó dos match points en el tercer set, Roger liquidó el partido con autoridad en el cuarto y de paso le mandó un mensaje a Rafa.
Precisamente Nadal se bancó la herida en la mano izquierda por una ampolla tremenda, ganó en cuatro sets y se metió en otra semi en Melbourne. El español defiende su reinado con todo.
La mano izquierda de Rafael Nadal pide clemencia. Tiene una ampolla tremenda y le sangra en cada partido, pero el español le sigue dando. Esta vez fue victoria por 3-6, 7-6 (3), 7-6 (7) y 6-2 sobre el búlgaro Grigor Dimitrov para meterse en la semi del Australian Open. El número uno del mundo quiere repetir el título logrado en Melbourne en el 2009. No le importa que haya sangre, que la raqueta se le escape y que el dolor aumente.
Dimitrov (22° del ránking) jugó en alto nivel, se llevó el primer set y complicó en los dos siguientes. Pero le faltó un pasito para meter el batacazo ante Nadal, que cometió algunos errores y le brindó oportunidades, afectado por la venda en la mano lastimada. «Tuve mucha suerte. La ampolla me molesta un poco en el saque. Tengo la impresión de que voy a tirar la raqueta», reconoció el español, que necesitó tres horas de juego y festejó la victoria con todo.
