Desde un mail anónimo denominado La Placita de Rawson nos enviaron una reflexión minuciosa de la “rosca” política del Valle que consideramos interesante compartirla con nuestros lectores.
En la mesa del bar que todas las mañanas de estos últimos veinte años frecuento, en la esquina más famosa de mi ciudad; la política suele ser el tema preferido, claro que estamos justo frente a la casa de gobierno: en esa esquina tradicional que vio pasar a tantos poderosos, hoy solo me encuentro con circunstanciales clientes e indiscretamente los escucho atentamente e intento descifrar de qué hablan con tanto conocimiento de los protagonistas políticos que fueron y que vendrán. Por supuesto me dan letra para contarles lo que cada mañana se discute por acá…
La prostitución es una forma de entrega a cambio de algo… que lo más seguro es que sea material -rara vez te obligan las circunstancias- para obtener un beneficio lo suficientemente importante, como para mostrar tu insoportable levedad de ser un traidor, por el simple hecho de ser un poco más rico o creer entonces que esa actitud deviene necesariamente en lealtades de las personas a las cuales te entregaste. De seguro debe seguir siendo muy raro que eso suceda ya que solo se consigue más traición o relaciones nunca sinceras que llevan a una encerrona que muy pocas veces tiene final feliz.
Martín ha sido un hombre de pocas convicciones pero de claros objetivos: ser gobernador era uno de ellos, convencer a Mario de eso fue otro y ahora terminar su mandato e irse del país el próximo, ya que sabe que carece de poder, de sustento político, de convicciones políticas claras y sobre todo de voluntad política de ejercer el poder.
Di Pierro hoy debe sumarse unos puntos frente al FPV, aunque para adentro despierte recelos el desembarco, del nunca bien querido Martin, la tropa de La Cámpora está que trina porque sabe que el poder lo tendrá quien gobierne con la lapicera, y ya empiezan a pelearse espacios y se manifiestan enojos por doquier, después del acercamiento de Martín los que más perdieron son los dirigentes del valle que hoy no encuentran la brújula.
Mientras tanto, Yahuar está pensando cómo disfrutar de su tiempo libre en su casita nueva ya que fue para los niños malos de La Cámpora uno de los grandes perdedores y en política nadie paga a los que pierden.
Por su parte, Mario tiene una postura clara: va con Duhalde a pesar de todo y en su espacio provincial apeló a la lealtad de los intendentes que solo se comieron el sapito Martinicito por la adhesión al modelo que les dio muchos beneficios, pero sigue habiendo disconformes con sus decisiones y los armados de las listas.
Lo cierto es que si bien el poder dasnevistas disminuyó en influencia política, parece ser lo más probable que se reponga rápidamente después del 10 de diciembre cuando empiecen a gobernar todos los poderes por separado, y sobre todo una legislatura que lejos estará de mostrar la lealtad que expresó durante estos últimos ocho años la conducción del actual vice gobernador mal que le pese a muchos.
