Todo parece indicar que este resultado terminó de sentenciar el futuro del Vasco Arruabarrena. Con gol de Leandro González, el Decano se aprovechó del mal momento xeneize y volvió a sumar de a tres, ganándole 1 a 0 en La Bombonera.
Boca fue un equipo de mitad hacia atrás y otro de mitad hacia adelante. En defensa, las grietas eran notorias y el Pulga Rodríguez encontraba solo a Acosta, bien ahogado por Orion en el mano a mano.
En ofensiva, Osvaldo armaba una buena personal apilando jugadores de Atlético y habilitaba a Carlitos, que no pudo definir con precisión. Tevez estaba ansioso por reivindicarse y la mejor manera era con un gol.
Probó de nuevo el Apache, pero no estaba fino. Fabra tiraba un centro pasado y Palacios la agarra de volea, pero tampoco entraba…
No pasaba un minuto que Rodríguez desperdiciaba uno de esos goles que nunca erra. Ningún problema: enseguida tenía revancha porque la última línea de Boca retrocedió mal, Cata y Tobio dejaron libre a González y el 10 del Decano la colgó del ángulo.
Ya sin Fabra y con Meli en la cancha, Meza salvó un gol increíble abajo del arco. Tevez primero y Gago después no pudieron meterla. La suerte de Boca -y del Vasco- parecía sentenciada.
Arruabarrena quemó las naves y metió a Carrizo y Chávez por Bentancur y Palacios. Ya no había coherencia, era puro desquicio y desenfreno por empatar de cualquier manera.
No hubo caso: Boca nunca tuvo claridad ni profundidad en los metros decisivos y terminó de rodillas frente a un equipo recién ascendido.
