Argentinos en Japón: “Todo se movía, se oían gritos, fue horrible”

Hace unas horas que pasó el mortal temblor en Japón, pero Lidia todavía lo siente. “No dormí nada en toda la noche. Es más, tengo las valijas preparadas, por las dudas,” dice a la viuda…

sábado 12/03/2011 - 16:15
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Hace unas horas que pasó el mortal temblor en Japón, pero Lidia todavía lo siente. “No dormí nada en toda la noche. Es más, tengo las valijas preparadas, por las dudas,” dice a la viuda del gran pianista y compositor argentino, Osvaldo Pugliese. La mujer de 78 años vivió en la capital nipona los minutos más desesperantes de la historia reciente de ese país.

“Estábamos en un teatro en un homenaje a mi esposo, hacía 22 años que no veníamos a Japón y desde su fallecimiento en 1995 estaba pendiente un homenaje”. Pero el “primer temblor fue terrible –contó–. Para mí duró como 8 minutos, se movía todo, parecía que se caían los parlantes, pero la gente se levantó en tranquilidad, no hubo un solo grito, y fuimos todos a un patio lateral del teatro”.

Según Lidia, “el pueblo japonés tiene un temperamento muy distinto al nuestro, la gente es admirable y no se escuchó un solo grito, ¡lo que hubiera sido en la Argentina!”, reflexionaba ayer desde su habitación de hotel.

El regreso del teatro al hotel tuvo sus dificultades. “Tardamos como dos horas en auto para hacer un trayecto de 40 minutos, me impresionó ver a la gente caminando en silencio, parecían hormigas por las aceras, los autos iban a paso de hombre sin tocar las bocinas… Cuando llegamos al hotel no había ni agua ni ascensores, recién hace un ratose normalizó el servicio”, contó la viuda de Pugliese.

La compañía Color Tango, de Roberto Alvarez, también está de gira en Japón por estos días. Es más, tomaron un vuelo desde el aeropuerto de Sendai hacia Tokio, pocas horas antes del gran terremoto.

“Es Osvaldo que está enojado, me decían los muchachos de Color Tango… Hoy se cumplían 49 años de la primera vez que Osvaldo vino a Japón, se merecía este homenaje. Ya será, ahora tenemos mucho dolor por lo ocurrido en este país”, dice Lidia.

Emilia Nahara, una argentina que vive en Oshima, en el centro de Japón, contó que “estamos alejados y aún así en esta parte el terremoto llegó a 5 grados. Estábamos todos en la fábrica de electrónica donde trabajo. Hace 20 años que vivo con mi familia acá en Japón –añadió– y nunca vimos una cosa así. No había ni colectivos ni tren, tuve que volver caminando a mi casa, tardé 3 horas en llegar”.

Lo que más le preocupaba era que su hija estaba sola en la casa y no podía llegar. “Me dijo que se empezaron a abrir las cajoneras y a temblar todo . Se tuvo que esconder debajo de la mesa. En la escuela les enseñan eso, dos veces al año, una para saber qué hacer en incendios y otra para saber qué hacer en terremotos”.

Y contó que desde la fábrica “todo, todo se movía, se escuchaban gritos desesperados, fue horrible. Salimos todos afuera y vimos cómo se movía todo. Al principio no sabíamos qué hacer, como es común que haya temblores.

Uno cree que la práctica ayuda pero en la situación se te pone la mente en blanco ”.

El embajador argentino en Japón, Raúl Dejean, dijo que al menos hasta ayer no se registraba ninguna muerte de argentinos residentes en el país asiático.

(Clarín)

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