Expresadas en términos del PBI, como meses de importaciones o como porcentaje de la oferta de dinero, la posición de oro y divisas actuales están por debajo de los niveles registrados a comienzos de anteriores presidencias.
«La posición de reservas internacionales luce incluso precaria en comparación con años de crisis, aunque actualmente estemos lejos de tales escenarios. Sin embargo, los márgenes de acción del BCRA se encuentran más acotados (aunque, por otro lado, la entidad monetaria no muestra demasiada incomodidad en ceder los dólares necesarios al Tesoro Nacional)», observan los economistas de Management & Fit Consultora.
Está claro que el curso del balance cambiario que influye finalmente sobre la caja de la autoridad monetaria depende de varios factores. «Por un lado, exportaciones menos dinámicas e importaciones en alza (por apreciación real y déficit energético) llevaron a un achicamiento del superávit comercial», sostiene el estudio privado.
El cepo cambiario bloqueó el ingreso de capitales
Además, M&F observa que «el cepo cambiario bloqueó el ingreso de capitales, tanto de inversión de cartera como de inversión extranjera directa y el balance del turismo pasó del leve superávit de hace algunos años a un fuerte déficit (que en 2013 podría superar incluso al energético)».
Mientras que del lado de las empresas el trabajo indica que «están aprovechando el contexto actual no sólo para cancelar su deuda externa exigible, sino incluso adelantando algunos pagos, dadas las expectativas de mayor devaluación después de las elecciones. Y a ello debe agregarse los pagos de la deuda externa pública, que el Tesoro Nacional realiza por medio de las reservas del BCRA«.
Agotamiento de un proceso
Y si bien el Banco Central estima que la posición de reservas es saludable, en términos de cobertura de la deuda externa pública, los economistas de M&F sostienen que la tendencia negativa no es sostenible en el tiempo, por más cepo cambiario que exista.
Sobre todo porque salvo la relación con las deuda pública externa, todos los indicadores relevantes, como respecto al PBI, a la capacidad de compra de importaciones, a la proporción de la cantidad de dinero en manos de los agentes económicas, y también en términos de los activos del BCRA, se ubican en niveles inferiores a los que se registraban al comienzo de las presidencias desde 1989 hasta 2007.
«El reciente acuerdo con el Banco Mundial para destrabar créditos por u$s3.000 millones en 3 años es positivo, pero debería ser visto como un paliativo temporal. Incluso considerando el ingreso de estas divisas (a razón de u$s1.000 millones por año), las reservas apenas amortiguarían su caída», indica el trabajo.
