Vecinos y proteccionistas se reunieron en el Dispensario Canino de Comodoro durante el feriado del 9 de julio para pedir su cierre definitivo. La convocatoria sorprendió por la cantidad de gente que decidió participar y dejar el descanso de lado para apoyar la causa.
El principal reclamo fue por las malas condiciones en las que viven los animales y la gestión del refugio. “Queremos que el dispensario se cierre y no se use más para encerrar perros”, expresaron, recordando el caso de Rubio, un perro que fue liberado por no poder ser contenido y terminó muerto tras ser atacado por una jauría.
Los manifestantes también denunciaron que los perros duermen en jaulas frías y húmedas, con poca atención diaria y sin espacios adecuados para jugar.
Además del cierre, entregaron una carta a las autoridades y comenzaron a juntar firmas, pidiendo como prioridad un plan urgente de castraciones masivas: “Comodoro necesita 100 castraciones por día según su población”.
