A los 87 años festejó por primera vez su cumpleaños

María vivía en la calle y fue rescatada por la dueña de un geriátrico. Allí pudo lucir un vestido rosa y una corona en una fiesta que generó una gran emoción. En Brasil, una mujer…

martes 16/08/2022 - 12:09
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María vivía en la calle y fue rescatada por la dueña de un geriátrico. Allí pudo lucir un vestido rosa y una corona en una fiesta que generó una gran emoción.

En Brasil, una mujer llamada María do Socorro se volvió viral tras cumplir su sueño de tener -por primera vez- una fiesta de cumpleaños, según publica TN.

Vestida de princesa y con una temática a tono para la ocasión, María pudo celebrar sus 87 años rodeada de muchas personas en el geriátrico Cuida Mais, sitio en el que vive en la ciudad de Fortaleza.

Junto a la decoración rosa, lució un vestido y una corona con diversos accesorios.

La realización de su cumpleaños se originó luego de que los empleados del geriátrico se enteraran de que María jamás había tenido un festejo.

El primer festejo de cumpleaños y el sueño de ser una princesa

“Cuando nos dijo que ser una princesa era su sueño nos movilizamos con la ayuda de todos, ya que vivimos de las donaciones para mantener el espacio. Era su sueño”, dijo Flavia Ferreira, de 45 años, organizadora del evento y propietaria del lugar.

Además, detalló que María fue rescatada de la calle luego de que detectaran que dormía en un sillón en mal estado, entre bolsas de basura.

La dueña del geriátrico remarcó que la flamante cumpleañera se resistía a recibir ayuda y que mediante la perseverancia lograron cambiar su parecer. “Aquí come bien y recibe todos los cuidados”, contó.

En el sitio ubicado en el barrio Canindezinho, María vive junto a otros 27 ancianos que fueron partícipes de su celebración. La casa fue alquilada por Ferreira hace un año y también alberga a un grupo de personas que previamente vivían en la calle.

“María vivía sola, la habían golpeado. La agredían constantemente. Ningún hogar quería recibirla”, expresó Ferreira.

Y continuó: “Abrí este lugar con mucha dificultad. Le pedí ayuda a mucha gente. Comencé con una cama, un colchón y una cacerola”.

La idea es continuar con este proyecto a través de más donaciones que permitan rescatar a otras personas que se encuentran en situación de calle.

Ferreira reconoció que su principal preocupación es perder el alquiler de la casa, que cuesta 2.500 reales por mes y que se solventa, en gran parte, gracias a las pensiones que reciben algunos jubilados. “Lo pagan voluntariamente”, especificó la mujer.

Finalmente, la dueña del geriátrico aprovechó esta celebración para difundir su lucha y que los ancianos que rescató no se queden sin hogar ni comida.

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