Truncado: Secuestraron y torturaron a un niño que logró escapar

La comunidad de esa localidad aún no sale de su asombro, tras conocer el secuestro de un menor de 7 años que ocurrió en la noche del domingo, cuando su madre lo envió a comprar…

jueves 24/07/2014 - 7:00
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La comunidad de esa localidad aún no sale de su asombro, tras conocer el secuestro de un menor de 7 años que ocurrió en la noche del domingo, cuando su madre lo envió a comprar pan al multirrubro “El Gauchito Gil”. La mujer dijo que el pequeño fue llevado por un desconocido a un descampado. Allí lo ató, golpeó, abusó y abandonó. Apareció tres horas después en el hospital.

La policía confirmó que estaba investigando este hecho conmocionante y que no podía suministrar detalles de la investigación. No obstante, pudo saberse que el pequeño habría sido secuestrado alrededor de las 23:30 en la esquina de las calles Urquiza y Belgrano, a pocos metros del comercio al que su madre lo envió para que comprara pan.

Ella misma dijo que al notar que tardaba en regresar, decidió salir en su búsqueda pero al llegar al comercio lo encontró cerrado, informó hoy el diario Patagónico.

“Inmediatamente llamé a la policía (Seccional Primera) y a mis amigas para que me ayudaran a buscarlo y luego volví a mi casa”, contó en una inicial entrevista que brindó al Canal 5 de Pico Truncado.

Alrededor de las 2:30 del lunes recibió un llamado de la policía diciéndole que fuera al Hospital Distrital dado que habían hallado al nene y en ese momento lo llevaban en un patrullero. Personal que hacía una recorrida lo había encontrado en la calle.

“Cuando mi hijo llegó tenía sólo su campera puesta y estaba descalzo; me vio y se puso a llorar. Le pregunté qué le había pasado y me dijo que un chico le dijo que vaya con él porque si no le iba a pegar un tiro en la cabeza”, contó.

“Me dijo que lo llevó hasta un descampado donde hay un auto quemado, que le sacó la ropa, lo ató de pies y manos, le pegó con cables en el cuerpo y otro golpes en la cabeza, cachetazos y hasta le tocó sus partes íntimas”, acotó.

“Después de eso -continuó-, lo dejó ahí y le dijo que al otro día le llevaría comida y que si se escapaba iba a ir a mi casa a matarme a mí, a mi marido y a mi otro hijo. Me contó también que con los dientes se desató los cables de la mano y después los de los pies, se vistió y cuando escapaba se cayó en el barro y perdió sus ojotas”.

No reconocio a su captor

Según dijo Jaquie (la mamá), el pequeño no había podido reconocer a su captor, aunque le aseguró que “si salíamos y lo veíamos en la calle, podía saber quién era”.

La mujer también relató indignada que el chico fue atendido por una médica “que lo revisó a ojo; le bajó la ropa, lo miró pero no le hizo tacto ni nada porque según ella estaba bien ya que no tenía sangre”.

Además, indicó que “la policía le pidió que los llevara hasta el lugar donde el hombre lo mantuvo secuestrado y cuando llegamos hasta ahí solo alumbraron con la linterna y no hicieron más nada, ni tomaron muestras. Parecía que esperaban encontrar al culpable ahí”.

Vale mencionar que ese sitio es un terreno baldío que está rodeado por viviendas y que en las inmediaciones funciona un taller mecánico, pero los vecinos aseguraron no haber visto nada raro.

Pudo también saberse que el chico fue posteriormente revisado por un médico policial que examinó sus heridas y tras ello prestó declaración a través del sistema de Cámara Gesell.

“Me dijeron que todo concuerda, pero que a pesar de todos los datos que se aportaron, si no hay ningún acusado no pueden hacer nada”, añadió.

“Le prometí a mi nene que esto no va a quedar así; que quiero que se haga justicia. El tiene marcas en el cuello porque con la camiseta que tenía puesta (el captor) le hizo dos nudos apretándole la garganta para que no pudiera gritar y también le ató los tobillos y las muñecas. Tenía las piernas raspadas y no quiere salir a la calle porque tiene miedo de que ese hombre le vuelva a hacer lo mismo”.

Sospechas

En las primeras horas de la tarde de ayer, el matutino de calle Sarmiento estableció comunicación telefónica con Jaquie, quien comentó que había llegado hace cuatro meses a Pico Truncado procedente de Buenos Aires, por razones laborales ya que su esposo se desempeña actualmente en un yacimiento minero ubicado en proximidades de Perito Moreno.

Respecto de la gravísima situación que le tocó vivir, dijo que un remisero le contó que había visto caminar al nene junto con un joven (de unos 17 años) que es conocido por su adicción a las drogas.

Aseguró también que ella no tiene por ahora muchas relaciones con los vecinos y que el único inconveniente que tuvo fue con otro remisero que un día le proporcionó su número de teléfono celular para que lo llamara cuando quisiera trasladarse a algún lado sin necesidad de comunicarse con la base operativa.

Jaquie también dijo que al principio lo hacía, pero dejó de acceder a su servicio porque el individuo comenzó a acosarla con piropos y por ello cree que tal vez tenga alguna relación con el caso, indicando que todos estos datos los aportaría a las autoridades policiales que se hallan a cargo de la investigación.

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