Ferdinand Piëch, el patriarca de la industria automovilística alemana, dimitió como presidente del Consejo de Vigilancia del consorcio Volkswagen, informó la compañía. Piëch ha renunciado también a todos los cargos que mantenía en el grupo, con efecto inmediato. La esposa de Piëch, Ursula, también dejó su puesto en el Consejo de Vigilancia.
El motivo fueron las fuertes diferencias con el presidente de la compañía, Martin Winterkorn. Piëch, de 78 años, había hecho una breve declaración hace dos semanas admitiendo que se había distanciado de Winterkorn. Hasta ese momento, se consideraba que Winterkorn sucediera a Piëch en algún momento al frente del Consejo de Vigilancia. Sin embargo, fuentes internas aseguraron a la agencia Dpa y otros medios alemanes que Piëch quería destituir a Winterkorn antes de la asamblea general de la compañía el 05/05.
Piëch, en su calidad de accionista mayoritario de VW y presidente del Consejo de Supervisión, estaba considerado como el verdadero centro de poder del consorcio. Pero la doble derrota, al parecer, ha sido demasiado para un ejecutivo acostumbrado a imponer sus ideas (y caprichos).
El patriarca de Volkswagen, nieto del fundador del mayor fabricante de automóviles de Europa y poderoso presidente del Consejo de Supervisión, Ferdinand Piëch, aceptó su derrota en la batalla que mantenía con el CEO, Martin Winterkorn. Lo hizo en un breve comunicado en el que anunció que él y su esposa, Úrsula, renunciaron a sus cargos en el órgano de control.
Piëch, de 78 años puso fin a la pelea que él mismo abrió 2 semanas antes cuando afirmó a la revista Der Spiegel que su relación con el ejecutivo Winterkorn se había roto. “Me he distanciado de Winterkorn”, declaró. Una expresión destinada a obligar al CEO de Volkswagen (VW) a renunciar.
Luego, el propio Piëch negó buscar esa salida: «Hablamos la semana pasada y acordamos cooperar. No impulso la destitución de Martin Winterkorn», dijo al diario ‘Bild’.
Pero con la declaración de Piëch se puso en duda el futuro de Winterkorn dentro del consorcio e incluso se llegó a especular con que perdería su actual cargo. Varios grandes accionistas, como el estado federado de Baja Sajonia, y los representantes de los trabajadores en el Consejo de Vigilancia habían criticado a Piëch por su declaración contra Winterkorn.
Piëch, en su calidad de accionista mayoritario de VW y presidente del Consejo de Supervisión, estaba considerado como el verdadero centro de poder del consorcio. Pero la doble derrota, al parecer, ha sido demasiado para un ejecutivo acostumbrado a imponer sus ideas (y caprichos).
Piëch, expresidente de la compañía y uno de sus grandes accionistas, era considerado como una las personas más poderosas dentro de VW y su dimisión puede considerarse como el fin de una era.
Winterkorn era considerado el hijo adoptivo de Piëch, que también había ocupado el mismo puesto en la década de los ’90. En 7 años al frente del consorcio, Winterkorn ha logrado convertir a VW en el 2do. mayor fabricante de automóviles del mundo, detrás de Toyota.
En forma inexplicable Piëch, considerado el gran promotor en su momento de Winterkorn, decidió sabotearlo cuando las cifras de Volkswagen en los últimos años son muy positivas, con 10,14 millones de vehículos vendidos y 10.800 millones de euros de beneficio neto en 2014.
A pesar de ello, Piëch, nieto de Ferdinand Porsche, no estaba satisfecho o le preocupaba que alguien eclipsase su gestión al frente de la empresa entre los años 1993 y 2002 cuando fue CEO de Volkswagen.
Pero la jugada no salió como Piëch había planeado, ya que el viernes 24/04, el día en que él cumplió 78 años, 17 de los 19 miembros del consejo respaldaron la continuidad de Winterkorn más allá de 2016. Piëch y su mujer se marcharon.
Dicen que votaron contra Piëch sus propios primos, los Porsche; y el jefe del Comité de Empresa de Volkswagen, Bernd Osterloh; además del jefe del Gobierno regional de Baja Sajonia, Stephen Weil.
Provisionalmente, la presidencia del Consejo de Vigilancia será asumida por Berthold Huber, que hasta ahora ocupaba el puesto de vicepresidente.
El patriarca puso fin a su larga carrera en Volkswagen en la que su 1er. gran éxito comenzó a ocurrir en 1993, cuando él, nieto de Ferdinand Porsche (inventor del ‘escarabajo’ y creador de la empresa), fue nombrado CEO con la misión de evitar que los japoneses se apoderaran del mercado del automóvil en Alemania. Y lo consiguió.
Cuando dejó el cargo en 2002 se convirtió en presidente del Consejo de Supervisión. Entonces él se propuso controlar una empresa más grande que la que dirigió su abuelo para demostrar que él, sin llevar el apellido Porsche, era el mejor. Lo consiguió en 2009, cuando convirtió al grupo Porsche, propiedad a partes iguales de las familias Piëch y Porsche, en propietario del 50,7% de VW.
Pero la 3ra. fue la vencida, y se quedó afuera.
