Luego de un fin de semana complicado para YPF, con fuertes declaraciones del CEO de la empresa Miguel Galuccio, el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez y el líder sindical petrolero Guillermo Pereyra, se encontraron este lunes en Buenos Aires con el ministro de Energía, Juan José Aranguren, para tratar de controlar otro conflicto que parece ser inminente en la región norte de la Patagonia.
Todo surgió luego de la reunión de la semana pasada entre Gutiérrez, el senador y legisladores nacionales donde se plantearon serias críticas a la empresa estatal. Según trascendió, Pereyra -a cargo del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa- presentará documentación que certifica la parálisis de casi 40 equipos de explotación. “Acá hay otra jugada”, sostuvo el dirigente del Movimiento Popular Neuquino (MPN).
Adelantándose a la posible acusación de ser uno de los que busque la salida de Galuccio, se resguardó al plantear la idea de que son “accionistas que tienen la palabra en abril. No vamos a retroceder por más que tengamos una situación de crisis”, apuntó el conductor sindical.
Por otro lado, Lucila Crexell (senadora del MPN) también salió a cuestionar las decisiones de Galuccio sobre el destino de la firma nacional en la formación Vaca Muerta: “Deben hacerse cargo quienes son responsables de haber llegado a esta situación. YPF deberá ajustar su ganancia y rentabilidad y ayudar a amortiguar el impacto de la baja del barril”.
“La empresa no puede desentenderse del plan de negocios que tenía proyectado para Neuquén”, volvió a plantear Crexell en un fin de semana agitado para Galuccio. En una entrevista con el diario La Nación, el entrerriano se aferró a la posibilidad de continuar en el cargo porque YPF es fundamental para “el desarrollo del país”.
