El elenco platense es el único líder del Torneo Final, con 24 puntos. Los «millonarios» son escoltas, con 23. El equipo de Ramón Díaz busca regresar a la punta luego de tres años. Leandro Chichizola le atajó un penal a Guido Carrillo.
El duelo que mayor expectativa generó en la fecha 14 del Torneo Final fue el que protagonizaron Estudiantes y River en el estadio Ciudad de La Plata. Los de Mauricio Pellegrino llegaron a dicho compromiso con el dulce saber de la cima del certamen, mientras que el combinado de Ramón Díaz arribó a la capital bonaerense con la intención de destronar al «León».
El único problema con el que se encontró la entidad de Núñez, fue el cortocircuito vivido entre su entrenador y Rodolfo D’Onofrio. Los polémicos agradecimientos a los «Borrachos del Tablón» encendieron las alarmas del presidente, quien destacó la gravedad de la situación. Sin embargo, desde el punto de vista deportivo, el «Millonario» no quería desaprovechar la oportunidad de volver a la punta, luego de tres años.
A pesar de la condición de visitante, el que tomó las iniciativas del choque fue el elenco porteño. Una escapada de Fernando Cavenaghi, quien se encontraba perfectamente habilitado, pudo derivar en el primer grito de la tarde. El «Torito» quedó frente a Gerónimo Rulli, amagó a tirar un centro hacia atrás (hecho que llevó al arquero a desparramarse por el piso), y cuando tenía todo a su favor para concretar la conquista buscó la llegada de Teófilo Gutiérrez. Sólo por la incorrecta decisión del delantero los de la «Banda» no se pusieron en ventaja.
En cambio, a falta de diez minutos para que se vayan al descanso un grosero error de Germán Delfino le abrió la puerta al dueño de casa para mover el marcador. Un pelotazo largo hacia Franco Jara, junto con un débil cierre de Eder Álvarez Balanta, llevó a que el atacante empuje al defensor, y éste toque el balón involuntariamente adentro del área. Más allá de la intención del colombiano, el colegiado sancionó la pena máxima y Guido Carrillo tomó la responsabilidad de ejecutarla. Desde los doce pasos, Leandro Chichizola desvió el remate y comenzó a transformarse en una de las figuras de la tarde.
En el complemento, la insistencia de River volvió a ser elemental para que el cotejo se dispute cerca del arco local. Los desbordes de Gabriel Mercado y «Teo» enloquecían a una defensa que se mostraba vulnerable. Los laterales eran los puntos más débiles de Estudiantes, y en una de las constantes proyecciones horizontales, el atacante de la selección de Colombia asistió a Cavenachi, quien de primera buscó el primer palo, pero la extraordinaria reacción de Rulli volvió evitar la conquista.
Por su parte, los de «Longaniza» apostaban por el fallo ajeno. Así, en un descuido de la última línea visitante, Franco Jara habilitó a Carrillo para que el goleador defina cruzado. La apresurada salida del reemplazante de Barovero había sido en vano, y cuando todo el público se preparaba para el festejo, el palo negó el triunfo. La distracción pudo suponer un precio demasiado caro para los del riojano.
