“La Meseta Central no debe ser una zona de sacrificio”

La Mesa Provincial de Proyecto Sur, cuestiona la propuesta productiva del gobierno provincial. Aducen que tanto el Gobernador Martín Buzzi como el Ministro de de Gobierno y Justicia de Chubut Javier Touriñán, han declarado recientemente…

viernes 05/10/2012 - 8:00
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La Mesa Provincial de Proyecto Sur, cuestiona la propuesta productiva del gobierno provincial.

Aducen que tanto el Gobernador Martín Buzzi como el Ministro de de Gobierno y Justicia de Chubut Javier Touriñán, han declarado recientemente que la megaminería, en principio, sólo sería explotada en la Meseta Central porque, en esa zona, no hay otras alternativas de desarrollo.

Desde Proyecto Sur, entonces, repudian la “postura perversa” de este Gobierno por las siguientes razones:

1) El Gobernador prometió en reiteradas ocasiones que la política minera iba a ser objeto de un debate público, amplio y democrático. Pero mintió. Ese debate nunca se realizó. En la provincia hay muchos vecinos y organizaciones sociales que desde hace mucho tiempo han analizado las ventajas y desventajas de la minería a gran escala y que quieren que se los escuche, pero el gobierno los ignora. La “licencia social” es una burla al pueblo: no quieren escucharlo, solo quieren convencer a sus representantes formales en la Legislatura. Es decir, se apuesta al lobby, no a la democracia real.

2) El gobierno dice que la Meseta Central está empobrecida por efecto de las condiciones naturales. Eso es falso. El empobrecimiento esa región es producto de políticas implementadas sistemáticamente por el gobierno provincial desde hace mucho tiempo, basadas en tres pilares: la zona cordillerana del noroeste, el valle y la cuenca petrolera. En este esquema, el resto no existía. De pronto, descubrieron que, en ese supuesto vacío, había algo de valor que podía ser extraído a un costo económico y social muy bajo. En ese momento, el gobierno se convirtió en representante implacable de los grupos mineros. Esta es una línea gubernamental consolidada desde la gestión de Lizurume hasta la de Buzzi.

3) El gobierno afirma que en esta región la única alternativa económica que asegure el desarrollo es la megaminería a cielo abierto. Esono es cierto. Desde hace tiempo, se sabe que hay grandes acuíferos subterráneos que podrían revertir en poco tiempo el efecto de las sequías y generarían alternativas económicas sustentables, muchas de las cuales son compatibles con la tradición cultural de las poblaciones originarias de la zona. Es decir, con el agua disponible, se puede apostar a un modelo económico ecológico, inspirado en una relación de respeto hacia la naturaleza.

4) El gobierno asegura que es posible una producción minera a gran escala sometida a controles estatales eficientes. Pero esto es una falacia. En primer lugar, ninguno de los funcionarios provinciales tiene la más remota idea de cómo se controla una empresa que, para su funcionamiento, consume tantos recursos como una ciudad. De hecho, en países del primer mundo, la megaminería es cuestionada e incluso prohibida porque no puede ser regulada por el Estado. En segundo lugar, si tenemos en cuenta que los argentinos padecemos un Estado en manos de funcionarios fácilmente corromplibles, con controles frágiles e ineficientes, es fácil anticipar que la megaminería no puede ser realmente controlada en nuestro territorio.

5) El gobierno sostiene que, con el Marco Regulatorio, serán los propios pobladores quienes decidan si aprueban o no los emprendimientos mineros. Todos entendemos lo que esto significa. En un escenario en que se ha empujado a varias poblaciones a la desesperación, un escenario en el que los políticos mienten, cambian de vereda como cambian de camisa y están respaldados por una corporación minera asociada al gobierno nacional, ¿qué poder de decisión real tienen los habitantes de la provincia?

6) El gobierno oculta una realidad: la megaminería es un saqueo al país. Aporta al Estado un porcentaje mísero de sus ganancias y, a cambio, contamina y deteriora el medioambiente.

“Podemos enumerar muchas razones más para afirmar que la Meseta Central no debe ser una zona de sacrificio y que la megaminería es una nefasta opción productiva”, expresaron.

Y añadieron que es posible elaborar modelos sustentables, que son los únicos que sirven a largo plazo. “Para ello, es necesario que el gobierno se ponga del lado del pueblo y que deje de operar como representante de los grupos mineros”, culminaron.

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