Ganancias: El decreto 1242 provocó trato desigual de asalariados

Hace casi un año, la norma liberó del pago de Ganancias a los asalariados y jubilados que entre enero y agosto de 2013 habían percibido salarios o haberes brutos no mayores a $15.000. Hace casi…

martes 22/07/2014 - 14:30
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Hace casi un año, la norma liberó del pago de Ganancias a los asalariados y jubilados que entre enero y agosto de 2013 habían percibido salarios o haberes brutos no mayores a $15.000.

Hace casi un año, el decreto 1242 liberó del pago de Ganancias a los asalariados y jubilados que, entre enero y agosto de 2013, habían percibido salarios o haberes brutos no mayores a $ 15.000. Tal como se había advertido en su momento, esa medida provocó un trato desigual entre ciudadanos y quitó progresividad al esquema impositivo. Por efecto de esa medida, hoy puede darse una situación en la que quien tiene un salario de $ 20.000 mensuales esté exento de Ganancias , mientras que sí esté alcanzado quien cobra, por ejemplo, $ 18.000.

Esa fuerte distorsión se debe a que el decreto establece un parámetro histórico e inflexible para determinar quién tributa y quién no. Y así, quienes en los últimos meses obtuvieron en sus salarios incrementos nominales que llevaron a que se superara esa barrera de $ 15.000, siguieron igualmente al margen del tributo, por el hecho de que su remuneración no alcanzaba tal cifra hasta agosto de 2013. En cambio, quienes ya tenían por aquel entonces ese nivel de salario, entonces sí pagan, aun cuando no hayan tenido recomposiciones o las hayan tenido pero en menor proporción.

El análisis, publicado hoy por el diario La Nación, indica que la disposición evitó que ocurriera algo que se venía dando en los años previos: que una suba de sueldos para compensar los efectos nocivos de la inflación produjera que más personas quedaran alcanzadas por el impuesto. Y agrega que hoy puede darse la situación de que alguien con un sueldo de $20.000 esté exento de Ganancias; mientras que sí esté alcanzado alguien que cobra $18.000.

Pero si bien es cierto que se dio esa consecuencia positiva, el decreto introdujo al esquema una nueva distorsión (la ya comentada) y, a su vez, no corrigió otra que agrava en forma recurrente el peso de la carga fiscal para quienes sí están alcanzados. El esquema del impuesto contempla una escala que, según varios rangos de ingresos, determina con qué porcentaje del sueldo se contribuye. Pero como los valores de esa tabla no se modifican desde hace más de una década, ocurre que las subas nominales de salarios provocan con frecuencia el salto de una tasa de imposición a otra más elevada. Y esto pasa, por lo general, al mismo tiempo que esos aumentos no compensan siquiera el alza de los precios. El efecto final es que, en un contexto de alta inflación como el actual, se paga mayor impuesto por un sueldo con un poder de compra más bajo que el anterior.

Casi incrédulos de lo que veían en la letra del decreto, el año pasado varios tributaristas advirtieron sobre las distorsiones que se vendrían. Pueden darse casos en los que el cobro de algún bonus o premio por cifras muy elevadas no generen ningún descuento por Ganancias (porque la persona no ganaba más de $ 15.000 hasta el octavo mes de 2013). O puede ocurrir que, por un ascenso laboral, alguien incremente de manera significativa su ingreso y siga sin tributar, mientras que tal vez sí lo hacen las personas que de él dependen. O quien ingresa al mercado laboral con un sueldo de, por ejemplo, $16.000. El tema en cuestión en estos casos es la desigualdad frente a la situación de otros que sí pagan desde un ingreso inferior.

Aunque se esperaba que para 2014 se dispusiera alguna medida correctiva, ello no ocurrió hasta ahora. Por el contrario, las declaraciones que hoy hizo el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich , tendientes a minimizar el tema, muestran que no hay preocupación oficial por devolver equidad al esquema tributario.

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