La funcionaria judicial que investiga la muerte de Alberto Nisman aseguró que las pericias demostraron que no intervinieron «terceras personas» aunque el caso continúa siendo dudoso. Ordenó nuevas medidas de prueba y dijo que seguirán investigando.
Tras una semana y media de la muerte del fiscal Nisman, la causa es aún un misterio. La fiscal Viviana Fein mantiene las dudas sobre los factores del deceso y pidió que la dejen «trabajar con paz y tranquilidad».
Mientras continúa recopilando y cotejando pruebas, Fein explicó que ella aún no confirmó un suicidio, sino que «la autopsia no permite inferir la participación de terceras personas». Sin embargo tiene dudas y por eso mantiene la causa caratulada como «muerte dudosa». «Hay muchas formas de simular un suicidio. Por eso digo que se debe seguir investigando y trabajar. No es tan simple todo esto», le dijo la funcionaria judicial a la revista Gente, en una charla telefónica.
Este miércoles, la fiscal llegó muy temprano a su oficina y evitó contacto con los medios. Está previsto que hoy continúen los testimonios de allegados de Nisman. Ayer Fein ordenó entregar el cuerpo del fiscal a la familia, que hoy realizará el velatorio en Belgrano. A la par ordenó una batería de medidas de prueba.
Fein recordó que «los médicos forenses hablan del disparo autoprovocado» y que eso «se está analizando y estudiando» con otras pericias.
La funcionaria judicial se quejó de ciertas tergiversaciones que hubo luego de que señalara que «lamentablemente el barrido electrónico (de la mano) no tuvo resultado positivo». Fein explicó que sus palabras fueron tomadas en otro sentido y que en realidad ella lamentaba porque esa pericia «podría haber ayudado a precisar que él pudo haber tenido la decisión de quitarse la vida».
El baño
La fiscal Fein aseguró que la puerta del baño, donde encontraron el cuerpo del fiscal, no estaba trabada por completo. «La madre fue la primera persona que entró y vio el cuerpo», reiteró y agregó que «no había que abrir la puerta para que alguien pasara y observara el cuerpo».
«Había un espacio de luz de la puerta, que permitía perfectamente que una persona pudiera pasar de costado hacia el interior del baño. No es que la puerta estuviera trabada del todo. Yo misma ingresé al baño para tomar las medidas», concluyó.
