El perfil de Aranguren, el hombre designado para Energía

Con 37 años de carrera y tras haberse peleado con Kirchner, Moreno y Kicillof, ahora será el encargado de la política energética del Gobierno. Durante todo ese período, Juan José Aranguren trabajó en Shell Argentina y, durante 12…

miércoles 25/11/2015 - 20:30
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Con 37 años de carrera y tras haberse peleado con Kirchner, Moreno y Kicillof, ahora será el encargado de la política energética del Gobierno.

Aranguren Shell 2Durante todo ese período, Juan José Aranguren trabajó en Shell Argentina y, durante 12 años, fue su CEO. Pero en pleno año electoral, pegó el portazo y dejó la petrolera que lo vio crecer, dejando atrás éxitos, un tendal de peleas y cruces políticos. Su salida, también, despertó un rumor que se convirtió en realidad: era el hombre elegido por Mauricio Macri para ocupar un cargo clave en su Gobierno, ahora confirmado, el Ministerio de Energía y Minería.

Ingeniero químico de profesión, con un posgrado en Ingeniería en Sistemas por la Universidad de Buenos Aires (UBA), tuvo un largo camino dentro de Shell. Primero, tecnólogo junior; luego, economista de Refinería y tareas gerenciales en Marketing, Comercialización y Refinación. Luego, desde 2003, fue presidente y, al mismo tiempo, vicepresidente de Suministros y Distribución para América latina.

El Enemigo Público. Su puesto, sin embargo, no lo alejó de la agenda política y se coronó como uno de los primeros ejecutivos de empresa en enfrentar al entonces presidente Néstor Kirchner. “No suban el precio de los combustibles”, fue la orden del poder Ejecutivo. Aranguren desoyó y aumentó los precios entre 2,6 y 4,2 por ciento. La guerra estaba declarada entre Kirchner, quien llamó a boicotear a la petrolera, y el CEO de Shell, un fanático del golf, la lectura y un apasionado por Boca Juniors.

Pero el enfrentamiento con Kirchner, lejos de debilitarlo, lo benefició. «Los verdaderos afectados fueron las estaciones, las pymes», indicó el empresario, durante una entrevista. Resulta que el combustible que no se vendió en la Argentina se exportó, beneficiando a Shell. «Tuvimos una merma en nuestras ventas», reconoció Aranguren en ese momento, pero aclaró: “Terminamos el año con una ganancia de US$ 57 millones”.

De no haberse dedicado a la industria petrolera, Aranguren asegura que hubiera sido médico, matemático o abogado. Padre de dos hijos, dividió su tiempo personal con el trabajo y, también, más peleas con el poder. Su gran rival fue Guillermo Moreno, ex secretario de Comercio Interior. Moreno le impuso 117 sanciones (donde lo acusaba de desabastecedor) por un monto de $ 1 millón cada una. En 2007, pidió de 6 meses a 4 años de prisión para Aranguren. Finalmente, todas las sanciones -y el pedido de prisión- quedaron en la nada porque el CEO fue sobreseído.

“No fue un período de desgaste, sino de crecimiento, desde el punto de vista profesional, humano y hasta desde la compañía”, describió en una entrevista con Apertura.

Con la salida de Moreno de su cargo, evaluó que su partida de la secretaría de Comercio -llegaba Augusto Costa- “implica un reconocimiento de que es necesario un cambio de política. Debemos tener reglas más claras, no necesariamente no escritas, sino que estén escritas y que sean reconocidas por todos los sectores del mercado”.

Las rivalidades de Aranguren no cedieron. En enero de 2014, en la city porteña, los carteles que anunciaban la cotización enloquecieron. El precio del dólar saltó sin control. La corrida del dólar era real y, desde el Gobierno, salieron a buscar al perfecto culpable: Juan José Aranguren.

“Shell compró a un banco extranjero $ 3,5 millones a un precio de $ 8,40, cuando la cotización era de $ 7,20″, había disparado el ministro de Economía, quien enmarcó la operación en un plan para «armar una escalerita».

Pero Aranguren no reculó y salió a retrucar. “El Banco Central estaba al tanto de las compras de dólares que iba a realizar Shell para atender sus importaciones y exportación de combustibles», se defendió el empresario. Como si eso fuera poco, agregó: “Concretamos exportaciones por US$ 14,7 millones e importaciones por 11,3 millones, con un saldo a favor de US$ 3,4 millones, que liquidamos en el mercado a $ 6,885, por debajo del cierre diario. Al día siguiente precisamos adquirir US$ 1,6 millones, que conseguimos a $ 6,896, es decir, 25 centavos menos que el cierre del día”.

El mercado, bajo análisis. “Hay muchas Vaca Muerta en China, en Ucrania, en Sudáfrica, en Colombia. Y, si no hacemos atractivo a la nuestra, los capitales irán por otro lado”, supo decir Aranguren a este medio.

No fue la primera ni la última vez que se refirió al mercado energético argentino. “Se necesitan entre US$ 25.000 y 35.000 millones anuales para lograr seguridad energética”, dijo a principios de este año, y aseguró: “En los últimos años, entramos en una situación de caída importante, no sólo de reservas, sino de producción de todos los energéticos: petróleo, gas y podemos extenderlo, también, al tema de electricidad. Desde mi punto de vista, es porque, durante mucho tiempo, nos enamoramos de una política de precios subsidiados para todos. Estuvimos, prácticamente, subsidiando la oferta, en lugar de la demanda”.

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