Campagnoli: «Me reuní con Gils Carbó, pero no hay ningún pacto «

El fiscal que estuvo a un paso de ser destituido admitió que mantuvo un «duro encuentro» con la Procuradora, pero negó haber acordado para seguir en su cargo. En una extensa charla con Infobae, reconoció…

domingo 23/11/2014 - 12:30
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Campagnoli mano a manoEl fiscal que estuvo a un paso de ser destituido admitió que mantuvo un «duro encuentro» con la Procuradora, pero negó haber acordado para seguir en su cargo. En una extensa charla con Infobae, reconoció que recibió ofertas de la oposición para hacer política y advirtió que aún no está a salvo: «Sé que tengo una cuenta abierta»

«Aún hoy me cuesta creer todo lo que pasó», dice un José María Campagnoli que sonríe distendido mostrándose predispuesto al diálogo en un restaurante situado a pocas cuadras del estadio de River. Ya no se lo ve «malhumorado y mortificado» como cuando caminaba por los pasillos del Ministerio Público Fiscal, con la angustia que -asegura- le provocaba afrontar un juicio político por mal desempeño tras investigar a Lázaro Báez.

A poco menos de un mes de la caída definitiva de un jury de enjuiciamiento que se empantanó hasta provocar la disolución de la acusación, el fiscal reveló que en plena parálisis del proceso judicial se reunió con Alejandra Gils Carbó (la persona que promovió su destitución), pero desmintió las versiones que hablan de que realizó un pacto político con la Procuradora para evitar que lo removieran de su cargo.

-¿Es cierto que tuvo una charla privada con la Procuradora General de la Nación cuando su situación procesal aún no estaba definida?

-Sí, tuve una reunión con Gils Carbó, me junté con ella en una sala de reuniones que tiene en la calle Perón y aproveché para aclararle ciertas cosas que me parecía bueno decirle cara a cara y mirándola a los ojos; por ejemplo, sobre temas puntuales del caso Báez, de cuestiones como los sumarios que me habían iniciado por mi actuación en el Barrio Mitre o del famoso registro de fotos, que se hizo en 1999 por pedido de la Procuración y ya no utilizo porque fue bloqueado. Además tenía la necesidad de pedirle que me devolviera a mis empleados de la fiscalía. Nada de eso tiene que ver con un pacto.

-Si no hubo un acuerdo, ¿para qué se gestó la charla?

-Fue una reunión larga a la cual yo fui con la intención de recuperar a mi equipo, porque cuando volví a la fiscalía de Saavedra no conocía la cara ni el nombre de casi ninguna de las personas que estaban; cómo iba a hacer para trabajar y empezar de cero, en este trabajo hay que tener gente de confianza o te volvés loco. Y el objetivo lo logré, porque me reintegraron a parte de mi gente. No fue una charla a los besos; por eso, cuando escucho que hablan de que hice un pacto pienso que es una ridiculez. ¿Hice un pacto para que me devuelvan seis empleados? Pero bueno, cada uno saca la interpretación que quiere, seguro hay gente que se lo creyó. Y eso me molesta porque no me gusta sentir que decepcioné a alguien que confió en mí.

El rumor del supuesto acuerdo entre el kirchnerismo y el hombre que durante el jury se convirtió en un estandarte involuntario de la oposición señalaba que Campagnoli se había comprometido ante la Procuradora a descartar cualquier oferta para iniciar su carrera política. Y la versión se alimentó con la desaparición mediática del fiscal, que repentinamente dejó de exponerse en los medios de comunicación y bajó su perfil.

«Era un momento estratégico, porque a mí me devolvieron a la fiscalía pero faltaban dos meses para que se cayera el juicio político. Entonces, si lograste agarrar al león y lo tenés ahí, ¿le vas a pegar en la oreja? Si lo hacés, seguramente te va a morder…», argumentó el funcionario judicial. «Hubo un poco estrategia, un poco de todo, pero no fue un pacto», reafirmó.

-¿Recibió propuestas para sumarse a la política?

-Tuve ofertas tentadoras desde el aspecto económico, profesional y posicional, que implicaban irme antes, renunciar para eludir el juicio político. Me ofrecieron ser diputado desde varios espacios. ¿De cuáles? No importa. A la Procuradora también le dije eso, que pude haber tomado muchos caminos en este proceso, por ejemplo el de la política, pero toda mi concentración y mi pelea fue para volver a la fiscalía. Si en la reunión (con Gils Carbó) ella hizo una lectura de que yo me comprometí (a no lanzarse a la política) y luego fue la fuente (del rumor del presunto acuerdo), no lo sé. Lo que digo es que a mí me apasiona lo que hago y siempre peleé para volver a mi puesto, por eso me molesta que hablen de que hice un pacto.

-¿Tuvo ganas de sumarse a algún proyecto de la oposición?

-No se me cruzó seriamente por la cabeza porque me pareció que tomar otro camino podía ser una traición a mí y a un montón de gente que me apoyó durante el juicio político. A mí no me quita el sueño ser diputado. Pero bueno, es cierto que durante gran parte del jury pensé que mi destitución era inevitable, así que, si me hubieran echado de la Justicia, seguramente lo hubiese evaluado.

«Si lograste agarrar al león, ¿también le vas a pegar en la oreja? Si lo hacés, seguramente te va a morder. Dejé de hablar un poco por estrategia, pero no hice un pacto»

-¿Descarta sumarse a la política?

-No descarto, así como en su momento fui subsecretario de Seguridad de este mismo Gobierno, hacer un algún aporte técnico. No es que me gustaría, pero no puedo decir no, ni loco. No lo sé.

Una pelea que no terminó

La caída del juicio político por mal desempeño fue para Campagnoli un bálsamo en un año «intenso, de mucho vértigo», y le permitió vivir momentos gratos a partir de las muestras de afecto que diariamente -aún hoy- recibe en las calles cuando alguien lo reconoce: «Me ha pasado que me saluden los limpiavidrios e incluso muchas veces se parararon a aplaudirme cuando entré a un restaurante».

Sin embargo, el fiscal siente que todavía sigue en la mira del kirchnerismo: «De la restitución me enteré por televisión, pero nunca dije ‘ya está’, porque la verdad es que no está… Sé que tengo una cuenta abierta y van a tratar de cobrármela».

-¿Realmente cree que podrían impulsarle un nuevo juicio político después de todo lo que pasó?

-Puede parecer una locura, pero hoy están dadas las mismas circunstancias: el sistema para suspender y remover a un fiscal es el mismo, las mayorías automáticas siguen siendo las mismas, el consejo evaluador continúa formado por fiscales que no se entiende muy bien por qué son esos y no otros… Tal vez mi caso tendría un costo más alto porque ya hubo una exposición pública, hubo un intento y tuvieron que tirar el juicio abajo. Pero la situación es la misma, la estabilidad de un fiscal hoy sigue siendo endeble.

-En un contexto como el que describe, parece difícil no sentirse condicionado para trabajar

-No me siento condicionado porque siempre asumí que mi puesto trae consigo un montón de riesgos, debido a que uno hace cosas que a mucha gente no le simpatizan; por ejemplo, a los policías corruptos y a los barras de River no les gusta que yo sea fiscal de esta zona, porque, cada vez que los engancho, van presos. Acá la clave es que yo elijo ser fiscal, no trabajo de esto porque no puedo hacer otra cosa. Por eso estoy muy contento de poder volver a hacer lo que me gusta.

No se me cruzó seriamente por la cabeza hacer política, creí que tomar otro camino podía ser una traición a mí y a la gente que me apoyó en el juicio político

-Entonces, ¿sigue de cerca el caso de lavado que involucra a Lázaro Báez?

-Lo sigo por lo que veo en los medios y observo que se van corroborando cuestiones que yo ya tenía, incluso con más datos…

-¿No siente la tentación de volver a participar de alguna manera en la investigación?

-Y… por ahí dan ganas de intervenir para que las cosas se esclarezcan de una vez y rápido, que haya pronunciamientos judiciales que permitan ponerle luz a estas cuestiones

-¿Cree que finalmente se va a saber la verdad sobre la supuesta existencia de una ruta de lavado de dinero?

-Pienso que sí, porque me parece que la investigación ha sido replicada en el interior y en el exterior, con pedidos de información que acá se demoraron un poco, pero veo que ahora hay más averiguaciones y siguen saliendo cosas. ¿Si el caso se esclarecerá con este Gobierno o con el próximo? No sabría decirlo, noto que hay un reverdecimiento de causas en la Justicia federal que empiezan a tomar forma, así que puede ser que se resuelva con el actual.

La vuelta a la fiscalía y la reforma del Código Procesal

Desde que retornó a su puesto de trabajo –el 21 de julio pasado-, Campagnoli se vio obligado a enfocarse en la reorganización de un espacio que –asegura- no tenía nada que ver con el que dejó cuando lo suspendieron: «El primer día nos pusimos a contar los ‘muertos’, como le decimos nosotros a las causas que están paradas, y contabilizamos más de 900».

«La dinámica de trabajo había cambiado muchísimo, pero comenzamos a trabajar con la Policía Federal y la Metropolitana y tuvimos resultados rápidamente», aseguró. «Básicamente la tarea de un fiscal de instrucción es poner un caso en juicio, y desde que volvimos llevamos enviadas un promedio de entre una y media y dos causas por día», precisó.

– En el distrito que le compete, ¿observó alguna variación en la cantidad de delitos?

-Hubo un incremento importante, sobre todo en la zona de la Comisaría 35, en la parte que limita con la General Paz, llega hasta la calle Meliá, Congreso y la Lugones. Aumentaron de manera significativa los delitos contra la propiedad, los robos callejeros y los asaltos a las casas, este último es el delito más preocupante.

-¿Cree que la reforma del Código Procesal puede ser útil en la lucha contra la inseguridad?

-Yo creo que tiene que haber un cambio y me parece que está bueno pasar a un sistema netamente acusatorio, pero me da la sensación que el Código se queda a mitad de camino, hay muchas cosas que pueden prestarse a situaciones equívocas; por ejemplo, dicen ‘sacamos esto de que la Procuradora puede designar a un fiscal y lo hacemos por sorteo, pero no está claro cómo se hace ese sorteo. La gente piensa que con esto se va a solucionar el tema de la inseguridad, y eso no va a pasar; para implementar este Código se requiere un montón de años, de nombramientos, una infraestructura que no hay. A mí todo esto me invita a la prudencia sobre lo que puede pasar.

-¿Cuál es su lectura de lo que puede suceder?

-No sé si está bueno otorgarle tanto poder al Ministerio Público Fiscal, que ya es una institución con un poder enorme. Creo que se corre un grave riesgo de debilitar la República, porque no deja de parecer un intento por colonizar definitivamente a los fiscales independientes, a todo lo que tiene que ver con los que promueven la acción de la Justicia. Hablan de crear 17 fiscalías generales y de sumar más de 1500 empleados, eso es un ejército… ¿Cuál es la necesidad? ¿Qué pasa con la gente que ya está? Hay muchas cosas que no se entienden. Todo indicaría que se buscar asegurar algún tipo de protección para después de 2015.

-Después de todo lo que pasó con su juicio político, ¿lo llamó alguien del Gobierno?

-Nadie, ni esperaba que sucediera. La cosa fue lo suficientemente tensa como para que, más allá de que a mí me guste o no, quede gente de un lado y del otro. Yo quedé en la vereda de enfrente al Gobierno. Así que no esperé clemencia ni que me llame nadie. Lo que sí me hubiera gustado es que el jury hubiera terminado con un fallo absolutorio que despejara toda duda y dejara en claro que yo actué bien, más allá de que yo siento que la sociedad tiene claro que todo fue una gran farsa.

-Si tuviera la posibilidad de sentarse a tomar un café con Cristina Kirchner, ¿qué le preguntaría?

-No sé qué le preguntaría, no sé si tomaría un café con ella… De golpe me parece algo muy lejano, es la Presidente y yo soy un simple mortal. (Silencio) Me gustaría preguntarle si realmente… No, mejor lo dejamos ahí, no le preguntaría nada. Ya está.

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