La salida, por sorpresa, del director de exploración de BP, Richart Herbert, ha centrado la atención del mercado en su estrategia de búsqueda de petróleo que, después de años de recortes en el presupuesto destinado a esta actividad, se centra principalmente en la ampliación de los campos ya existentes en vez de aventurarse en nuevas y costosas aventuras.
El conservadurismo de la petrolera británica es reflejo del ‘castigo’ que ha sufrido BP por el derrame del Golfo de México, que le ha costado 55.000 millones de dólares, y que le ha llevado a necesitar exprimir hasta la última gota de un presupuesto de exploración muy reducido por los bajos precios del petróleo. “La exploración no necesariamente tiene que ser similiar, se coloca en una nueva frontera”, indicó una fuente de BP a Reuters-
Mientras que las reservas y los campos más accesibles para BP en los próximos cuatro años presentan un estado saludable en comparación con otras empresas del sector, la cartera de proyectos a largo plazo es la más reducida de sus competencia y sus costes de equilibrio son los más altos, según algunos analistas, entre ellos Macquarie.
Varias fuentes de BP dijeron que el CEO de la compañía, Bob Dudley, y su equipo están pidiendo una nueva estrategia a largo plazo, ya que los inversores están esperando para este año o comienzos del siguiente una actualización de los planes de la petrolera a partir de 2o20. El plan, posiblemente responderá a una de las frases preferidas de Dudley: “Lo grande no necesariamente es bello”.
