Boca y River van por el desquite en Mendoza

Gallardo repite equipo para vengar la caída del sábado pasado y Arruabarrena busca cerrar un verano ideal con mayoría de suplentes. Y al final se juega. Después de tanto amague, que si, que no, acá…

sábado 31/01/2015 - 18:00
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Muneco-Vasco-saludan-llegada-MendozaGallardo repite equipo para vengar la caída del sábado pasado y Arruabarrena busca cerrar un verano ideal con mayoría de suplentes.

Y al final se juega. Después de tanto amague, que si, que no, acá están, otra vez cara a cara para ver reventar la última noche del verano y ver quién se va ganador, quién se lleva la última copa rubia de la pretemporada, antes de empezar a jugar por los puntos en serio. Es amistoso, sí, dirán los que pierdan, pero es un River-Boca y cuando el rojo y blanco se enfrenta al azul y amarillo hasta a los jugadores de metegol se les estiran las patas para rasparse un poco. Nadie quiere perder y menos que menos después de lo que fue el Súper del sábado pasado en Mar del Plata. Un clásico lleno de patadas, con seis amonestados, tres expulsados y muchas cuentas pendientes, con todo lo que eso implica al volver a encontrarse frente a frente.

Después de los nubarrones que amenazaban con adelantarle el otoño, en una semana Arruabarrena pasó de blanco Ala a camarón gracias al sol marplatense: con los pibes dio el batacazo en el superclásico y cuatro días después despachó a Vélez para conseguir los dos objetivos más importantes que Boca tenía en enero: cortar la paternidad que River había alimentado en el 2014 y evitar el repechaje en la Libertadores, clasificando además a un grupo más que accesible. Ese crédito que acumuló en La Feliz le cambió el ánimo a todo Boca, que llega con otra tranquilidad al desafío de esta noche en la que apostará por un mix para no desgastar a los que jugaron el miércoles y para volver a jugarse el pleno que le salió con todos los suplentes.

Mientras, el River que tuvo un 2014 más redondo que una O hecha con un vaso tiene la cabeza puesta en la Recopa, la Libertadores, la Sudamericana, la Suruga Bank, la Copa y la Supercopa Argentina y el multitudinario campeonato de 30 equipos. Siete objetivos para este año. Pero si algo le duele hoy es no haber podido extender la racha que sumó ocho alegrías en 12 meses. Encima contra un equipo alternativo. Y quiere revancha. Ya. Si bien estaba programado así por la rotación que hizo partido a partido, Gallardo volverá a poner el equipo ideal para que lo que pasó una semana atrás se olvide rápido y River vuelva a ser River.

En el medio estará el jugador número 23, Diego Abal, que con los antecedentes recientes tendrá una importancia fundamental. Porque de un lado y del otro quedaron calientes la semana pasada. Boca por la lesión de Pavón. River por la derrota y por las acusaciones posteriores a Vangioni. Y no va a faltar el que quiera saldar cuentas esta noche: por eso será fundamental que el árbitro no permita que el superclásico tenga más patadas e insultos que fútbol.

Con ese panorama, esta calurosa Mendoza será sede de un partido que estuvo en duda hasta último momento y que ahora tomó una importancia que parecía no tener. Porque, claro, nadie quiere perder, pero esta noche a alguno le tocará mirar el piso. Y nadie quiere arrancar a jugar por los puntos con la mochila del cachetazo del clásico rival. Porque es un superclásico… O una superrevancha.

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